El Seguro de Vida garantiza un capital que ayuda a los beneficiarios a cubrir la situación económica personal o familiar en caso de fallecimiento del asegurado, de ahí la importancia de designar los beneficiarios de forma adecuada.

El seguro de vida, al no formar parte de la masa hereditaria, permite la libre designación de beneficiarios lo que es muy atractivo en caso de que queramos proteger a alguna persona o institución en concreto. Aún así, al contratar la póliza también pueden designarse a los beneficiarios utilizando la fórmula estándar de “herederos legales” en cuyo caso el seguro se reparte entre ellos de igual forma que la herencia.

Puedes consultar este artículo: La herencia: qué es y cómo protegerla, donde explicamos todo lo que atañe al reparto de la herencia y quiénes serían los herederos legales en distintos escenarios familiares.

 

¿Quién designa los beneficiarios de un seguro de vida?

 

Como regla general es el tomador o contratante (abona las primas) la persona que designa los beneficiarios de la póliza.

Es muy frecuente que tomador y asegurado sean la misma persona, pero si no es así se pueden dar dos circunstancias que cambian el funcionamiento de la designación de beneficiarios:

 

1.- Tomador es persona física, en este caso el tomador es quien designa los beneficiarios, aunque también existe la posibilidad de que se pueda pactar en cláusula adicional que sea el asegurado quien tenga la potestad de nombrar o modificar los beneficiarios.

2.- Tomador es persona jurídica, al igual que en el caso de persona física, el tomador sigue teniendo la facultad de designar a los beneficiarios o pactar cediendo este derecho al asegurado. En cualquier caso, los seguros colectivos son la excepción, ya que son los asegurados los que designan sus beneficiarios.

 

¿Qué personas y cómo pueden designarse los beneficiarios?

 

Es importante señalar que los beneficiarios designados en una póliza de seguro de vida no necesariamente tienen que ser parientes cercanos o familiares. Se puede designar a cualquier persona o entidad como beneficiario, por ejemplo, una organización benéfica en la que el asegurado tiene un interés, un amigo cercano o un socio comercial.

Existen varias formas de determinar los beneficiarios de un Seguro de Vida; mediante la cláusula de beneficiarios inserta en la misma póliza en el momento de la contratación, comunicándolo por escrito a la aseguradora posteriormente o a través de un testamento.

En cuanto a la forma de designar al beneficiario en la póliza de seguro de vida o mediante comunicación posterior a la entidad aseguradora es aconsejable hacerlo de forma expresa, con nombre y apellidos, aunque no es raro encontrar cláusulas en las que se señala únicamente la relación de parentesco (hijos, padres, cónyuge, etc.).

Cuando se hace referencia al parentesco, si no se indica lo contrario, la entidad aseguradora tendrá en cuenta únicamente la realidad existente en el momento del fallecimiento: por ejemplo, si se designan a “los hermanos” y uno de ellos muere antes que el asegurado, el capital se reparte solo entre los hermanos supervivientes. Y si la relación de parentesco ha desaparecido dejando sin efecto la designación, el seguro pasará a engrosar el caudal hereditario del tomador.

 

La fórmula “Herederos legales”

 

Es importante tener en cuenta que la fórmula “herederos legales” no es la mejor práctica. Hay varias razones por las que es importante designar beneficiarios específicos:

En primer lugar, designar a los herederos legales puede crear incertidumbre y retrasos en el proceso de distribución de los capitales asegurados. Cuando se designa a los herederos legales como beneficiarios, el proceso de distribución puede requerir que un juez determine quiénes son los herederos legales y cómo se deben distribuir los fondos del seguro. Esto puede ser costoso y llevar tiempo, lo que puede retrasar el acceso de los beneficiarios a los fondos.

En segundo lugar, designar a los herederos legales puede no reflejar los deseos del asegurado en algún momento durante la vida de la póliza. Designar beneficiarios específicos es una forma de asegurarse de que los capitales asegurados por el seguro de vida se distribuyan de acuerdo con los deseos del asegurado, tanto en la identificación de las personas como en la proporción de reparto entre ellas.

En resumen, aunque es posible que los herederos legales reciban el monto de un seguro de vida en ciertas circunstancias, designarlos como beneficiarios no es la mejor práctica en todos los casos. Es importante designar beneficiarios específicos para evitar incertidumbres y retrasos en el proceso de distribución, asegurarse de que los capitales se distribuyan de acuerdo con los deseos del asegurado y para garantizar que las personas que el asegurado desee sean las que reciban esos capitales.

 

¿Y si no hay ninguna designación expresa de beneficiarios?

 

En este caso, si en el contrato de seguro de vida no hay ni designación de beneficiario ni fórmula para determinarlos, por ejemplo; cónyuge, hijos, padres, etc., el capital pasará a formar parte del patrimonio del tomador incorporándose a su herencia.

De forma similar a la anterior, si el beneficiario fallece antes que el asegurado, entonces no hay beneficiario y sus derechos dejan de existir, pasando el importe del seguro de vida a formar parte del patrimonio de tomador por lo que se incorpora, también en este caso, a su herencia.

En el caso de que haya un beneficiario único designado y éste ha fallecido los derechos retornan al tomador. Se trata de un caso equivalente al anterior ya que si el beneficiario ha fallecido entonces no hay beneficiario. Así, los derechos del beneficiario no son heredados por sus derechohabientes y, por lo tanto, no se incorporan a su patrimonio.

 

Algunos consejos para planificar la sucesión:

 

Pensar a largo plazo y tener un buen plan es fundamental, os dejamos algunos consejos esenciales.

 

1.- Designa beneficiarios específicos: Asegúrate de que los beneficiarios designados en tu póliza de seguro de vida sean las personas que deseas que reciban los fondos en caso de fallecimiento.

2.- Actualiza tus beneficiarios regularmente: Revisa y actualiza la designación de beneficiarios en tu póliza de seguro de vida regularmente para asegurarte de que refleje tus deseos actuales.

3.- Considera el impacto fiscal: Ten en cuenta el impacto fiscal de tu legado y protege a tus beneficiarios con una correcta designación y capitales suficientes para hacer frente a los numerosos gastos a los que tendrán que hacer frente.

 

El legado de una persona, acumulado tras una vida de trabajo, puede protegerse a través de un Seguro de Protección Sucesoria que garantiza una cobertura vitalicia y creciente a favor de los beneficiarios designados en la póliza.

 

Las familias han cambiado mucho y no en todos los casos los herederos tienen un vínculo familiar estrecho, de forma que no pueden beneficiarse de reducciones en el pago del impuesto de sucesiones. Estar preparados financieramente otorga a nuestros herederos la seguridad de que podrán hacer frente a todos los gastos derivados de la aceptación de la herencia, protegiendo al mismo tiempo su patrimonio personal.