Las rentas vitalicias protegen a los jubilados, son asequibles y protegen a la economía, todo ello se deduce del informe “Soluciones para la jubilación en el S.XXI” realizado por AFI para UNESPA

Un repaso a la situación actual de las pensiones:

La jubilación se ha situado como uno de las preocupaciones principales de los españoles en todas las franjas de edad, los jubilados actuales han conseguido que se aprueben algunas mejoras pero sólo para las pensiones más bajas.

  1. Las pensiones mínimas incrementarán un 3%, incrementando la pensión media hasta los 622 € mensuales.
  2. Las pensiones no contributivas también tendrán un 3% de subida, hasta los 380 €/mes.
  3. Las pensiones de hasta 700 € subirán el IPC (previsto que acabe el año al 1,5%) y las que estén entre 700 y 860 €/mes (12.040 €/año) lo harán en un 1%.
  4. Las pensiones de viudedad elevarán dos puntos su base reguladora, del 52% al 56% solo para los que tengan 65 años o más y no tengan otra fuente de ingresos.
  5. En cuanto al IRPF los pensionistas elevarán de 12.000 a 14.000 € la exención de tributar en el IRFP y los que perciban entre 14.000 € y 18.000 € también verán reducida su tributación.

 

Todo ello pendiente de aprobacion de los Presupuestos Generales del Estado para 2018.

¿Y los futuros jubilados?, la Seguridad Social hace malabares para gestionar la sostenibilidad de las pensiones:

 

Hasta ahora se han tomado medidas drásticas que dan como resultado que sea más difícil ser beneficiario de una pensión de jubilación la cual, además, no será tan “generosa” como la actual:

  • Subir la edad legal de jubilación a los 67años.
  • Incrementar de 15 a 25 años el periodo de cotización para calcular la base reguladora (base de cálculo del importe de la pensión)
  • Revalorizar las pensiones de acuerdo al índice de revalorización y no al IPC. Según cálculos del Fondo Monetario Internacional, una revalorización del 0,25% anual a los jubilados de hoy reduciría su poder adquisitivo en un 30% en 2050
  • A partir de 2019 la aplicación del Factor de Sostenibilidad, mediante el cual se liga el importe de las pensiones a la esperanza de vida, cuanto más se viva menor será la pensión mensual. Se espera que en el 2019 ya se vean afectados los cálculos y que la pensión disminuirá en un 0,45% estiman los expertos, es decir, si nos corresponde una pensión de 1.000 €/mes, al aplicar el FS se convertirá en 995, 50 €/mes. Aunque no queda ahí la cuestión, según el Fondo Monetario Internacional, el factor de sostenibilidad supone que un trabajador que hoy tenga 48 años sufrirá un recorte del 10% en la pensión inicial cuando se jubile sólo por el factor de sostenibilidad, a lo que habría que añadir la reducción del poder adquisitivo resultante de aplicar el índice de revalorización indicado en el punto anterior.

 

 

 

 

 

 

 

Según el estudio realizado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados de hoy, a lo largo de su retiro, ascenderá a 350 € mensuales de media. Lo que representaría un 34% del gasto medio por persona en un hogar cuyo cabeza de familia está jubilado.

 

Rentas Vitalicias, una solución para compensar la pérdida de poder adquisitivo que nos espera.

El seguro de rentas vitalicias es una modalidad de seguro de vida-ahorro, en el que una entidad aseguradora, a cambio de una prima única, garantiza al asegurado una renta periódica hasta su fallecimiento.

Las rentas vitalicias son más eficientes que los productos financieros equivalentes, además de ser más seguras por definición.

En el siguiente cuadro comparativo podemos ver que para constituir una renta vitalicia de 350 €/mensuales, cuya prima única o capital inicial percibirían los herederos en caso de fallecimiento del asegurado o titular (contraseguro), si se instrumenta a través de un producto financiero sería necesario un capital inicial de 280.000 € a los 75 años. En el caso de producto asegurador o actuarial la prima única sería de 262,500 € a los 75 años, lo que representa un -6,25%.

Si optamos por contratar una renta sin, con 75 años la prima única sería muy inferior y ascendería solo a 51.300 €.

Flexibilidad de las rentas vitalicias.

Las rentas vitalicias actuales se adaptan a las circunstancias personales y familiares.

¿Deseamos que nuestra pareja pueda seguir cobrando la renta en caso de que faltemos?, se trataría de una renta reversible, convirtiéndose en una pensión adicional a la de viudedad.

Si lo que deseamos es dejarle a nuestros hijos en herencia todo o parte del capital inicial que dedicamos a nuestra renta vitalicia, contrataríamos una renta vitalicia con contraseguro sabiendo que en este caso la prima es más elevada puesto que hay que pagar no solo la renta sino el capital que se quiere dejar en herencia.

¿Nos preocupa necesitar más dinero a partir de una fecha determinada? Podemos contratar desde el inicio un importe de renta que varía a lo largo de nuestra vida, cubriendo la posible dependencia en edades más avanzadas.

Éstos y otros supuestos dan idea de la flexibilidad de la contratación y de la importante función social de las rentas vitalicias como productos aseguradores.

No es necesario “ser rico” para poder asegurarnos un buen complemento para nuestra jubilación, según la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España de 2014, los hogares en los que el cabeza de familia está jubilado ocupan el segundo lugar entre los hogares que mayor riqueza neta por hogar acumulan.

En la tabla siguiente puede verse que el hogar jubilado medio en España tiene una riqueza neta de 185.000 € (mediana), de los cuales 60.060 € corresponden al valor neto de la vivienda habitual. Por tanto el jubilado medio dispondría de activos “libres” por valor de 124.940 € que podrían dedicarse a comprar una renta vitalicia que complementase el importe de su pensión pública.

Teniendo en cuenta que como hemos visto antes, el coste de comprar una renta vitalicia de 350 € mensuales sin contraseguro para una persona de 65 años estaría en los 77.000 € (51.300 € para una persona de 75 años), y que la merma de pérdida de poder adquisitivo de la pensión pública para un jubilado de 65 años se ha estimado en unos 350 € mensuales a lo largo de su vida con las reformas ya aprobadas, parece que las cuentas cuadran y que un jubilado de 65 años podría compensar la reducción de su pensión contratando una renta vitalicia con una parte de sus ahorros y sin que ello supusiese renunciar a su vivienda habitual.

La Fiscalidad de las Rentas Vitalicias

Otra de las ventajas de las rentas Vitalicias es su fiscalidad, solo se tributará por un porcentaje de la renta que se perciba. El porcentaje de la anualidad exento de tributar dependerá de la edad que se tenga en el momento de empezar a percibir la renta, según la siguiente escala:

¿Y la parte de la renta no exenta?  La parte de la renta no exenta se considerará rendimiento del ahorro y tributará como tal.

Si seguimos con un ejemplo anterior, una persona de 65 años que perciba una renta mensual vitalicia de 350  €, tendría exento de tributar el 76% (266  €) y de los 80 € restantes se le retendrá en concepto de IRPF el 19% (15,2 €), es decir, la renta neta a percibir sería de 334,80€.


La guinda del pastel:

Si tienes más de 65 años y la prima única con la que se constituye la renta vitalicia proviene de la venta de un bien o derecho (segunda vivienda, acciones, fondos, una licencia de taxi o farmacia, etc.) que te genera una ganancia patrimonial, esta puede quedar exenta en el IRPF si reinviertes el importe de la venta en una renta vitalicia.


Enlaces de interés:

Guía definitiva para entender las características de una renta vitalicia

El futuro de las pensiones en España

¿En qué se diferencia una renta vitalicia de una renta financiera?