A las puertas de su centenario, España S.A. vive un momento de impulso y transformación. Pero, ¿cómo se prepara una compañía con casi 100 años de historia para seguir creciendo sin perder su esencia? Hablamos con el responsable de Formación y Recursos Humanos, figura clave en el desarrollo de talento y cultura interna, para conocer de primera mano cómo se articula la estrategia de personas en esta nueva etapa.
Entrevistador:
La compañía está a punto de cumplir 100 años. ¿Cómo se vive este momento dentro de la organización?
RTP:
La verdad es que lo vivimos con muchísima ilusión y sentido de responsabilidad. Estamos a las puertas de un acontecimiento histórico que no muchas compañías pueden celebrar: llegar a los 100 años de vida. Es una satisfacción enorme formar parte de una organización con un legado tan sólido, con raíces tan profundas y, al mismo tiempo, con una energía tan viva y un futuro tan prometedor.
Internamente, sentimos que es un momento para agradecer, para reconocer el esfuerzo de quienes nos han precedido, pero también para proyectarnos hacia adelante. Es una celebración del pasado, sí, pero sobre todo una apuesta decidida por el futuro.
Entrevistador:
¿Cuál ha sido el papel de la formación a lo largo de estos años y, especialmente, en esta última etapa de crecimiento?
RTP:
La formación ha sido, y sigue siendo, un pilar estratégico para nuestro desarrollo. Si algo ha quedado claro a lo largo del tiempo, es que las organizaciones que sobreviven y crecen son aquellas que se actualizan, y para ello hay que aprender constantemente. En nuestro caso, la formación no se limita a una función operativa o técnica, sino que forma parte del ADN de la compañía. Hemos diseñado itinerarios formativos completos que abarcan desde la incorporación de nuevos profesionales hasta el desarrollo de liderazgos sólidos. Formamos en habilidades, en conocimiento técnico, en valores y, muy especialmente, en cultura de compañía. Esa cultura que nos ha permitido mantenernos unidos, motivados y orientados a resultados incluso en momentos complejos.
Entrevistador:
¿Qué líneas de formación están priorizando actualmente?
RTP:
En este momento estamos enfocados en dos ejes principales. En primer lugar, todo lo relacionado con el desarrollo comercial, ya que en plena expansión es fundamental contar con equipos bien preparados, que comprendan profundamente nuestro producto, nuestra filosofía y propuesta de valor. Y, en segundo lugar, apostamos por la formación en habilidades personales y de liderazgo en la dirección y gestión de equipos, porque creemos que liderar con empatía y visión es clave para construir entornos favorables y sostenibles.
Entrevistador:
A lo largo de la conversación ha quedado claro el compromiso con el crecimiento y las personas. Pero si hubiera que resumir el gran objetivo de la compañía en una sola palabra, muchos coincidirían en que es: excelencia. ¿Cómo se trabaja ese objetivo en el día a día?
RTP:
Sin duda, la excelencia es nuestro objetivo asintótico, y no la entendemos como un resultado puntual, sino como una forma de hacer las cosas. Para nosotros, ser excelentes implica estar siempre un paso adelante, cuestionarnos continuamente cómo podemos hacerlo mejor, y no conformarnos con lo que ya funciona. En el ámbito de la formación, eso se traduce en escuchar activamente a nuestros equipos, en medir el impacto real de cada programa y en fomentar una cultura de mejora continua. La excelencia también está en los detalles: en cómo comunicamos, en cómo cuidamos al cliente, en cómo nos relacionamos entre compañeros. Es una actitud compartida, una mentalidad. Y creemos firmemente que, si mantenemos ese compromiso con la excelencia en todo lo que hacemos, los resultados llegan solos y son duraderos.
Entrevistador:
Hablemos de ese proceso de expansión que mencionas. ¿Cómo influye en la planificación de la formación?
RTP:
La expansión que estamos viviendo supone un reto, pero también una gran oportunidad. Estamos creciendo en volumen de producción, en presencia territorial y en nuestras soluciones aseguradoras, lo cual nos exige estar muy alineados y preparados. En formación, eso se traduce en la necesidad de anticiparnos: detectar nuevas competencias, preparar a nuestros equipos para asumir mayores responsabilidades, y asegurar que todos los procesos se mantengan bajo los estándares de calidad que siempre nos han definido. A medida que crecemos, la formación se convierte en el vehículo que garantiza la cohesión, la eficiencia y la consistencia de nuestra identidad.
Entrevistador:
¿Cómo describirías el momento actual de la compañía?
RTP:
Lo definiría como un momento de madurez expansiva. Hemos alcanzado una gran solidez como organización, con una marca fuerte y una trayectoria impecable. Pero lejos de instalarnos en la zona de confort, estamos apostando por crecer. Y ese crecimiento no se está haciendo a cualquier precio, sino con planificación y con mucha conciencia del valor humano. Es una etapa de mucha actividad, sí, pero también de profundo propósito. Sabemos hacia dónde vamos y lo que queremos construir.
Entrevistador:
Para cerrar, ¿qué mensaje te gustaría transmitir a la red comercial de cara al próximo centenario?
RTP:
Me gustaría transmitir un mensaje de orgullo de pertenencia y de confianza. Orgullo por lo que hemos logrado juntos en estos casi 100 años, y confianza en nuestra capacidad para seguir creciendo. Este centenario no es un punto de llegada, es un punto de partida. Las empresas que perduran no son las que se aferran al pasado, sino las que aprenden de él para construir el futuro. Y ese futuro lo hacemos entre todos, cada día, desde cada puesto, con cada decisión. Por eso, seguiremos invirtiendo en nuestra red, en su formación, en su bienestar y en su desarrollo. Porque estamos convencidos de que el verdadero motor y el principal activo de esta compañía son las personas que la forman.
Cien años de historia no se improvisan, y mucho menos se sostienen sin una visión clara y un compromiso firme con las personas. Esta conversación pone de manifiesto que el crecimiento de España S.A. no solo se mide en cifras, sino también en valores, en cultura compartida y en la capacidad de proyectarse al futuro desde una base sólida. Porque como bien se ha dicho aquí, la excelencia no es un destino, es una forma de caminar. Y todo indica que la compañía seguirá haciéndolo con paso firme, y con su red de personas como principal motor.